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martes, 22 de junio de 2010

UN MUNDO DESBOCADO- ANTHONY GIDDENS


GLOBALIZACION
Diferentes pensadores han adoptado posturas completamente opuestas sobre la globalización en los debates surgidos en los últimos años. Algunos se resisten a ella en bloque, los llama los escépticos. Según estos toda la palabrería sobre la globalización se queda en eso, en mera palabrería, la economía globalizada no es especialmente diferente de la que existía en periodos anteriores.
Otros toman una postura muy diferente, los denomina radicales, estos afirman que no solo la globalización es muy real, sino que sus consecuencias pueden verse en todas partes, el mercado global esta mucho mas desarrollado incluso que en los años sesenta y setenta. Los escépticos tienden a situarse en la izquierda política, especialmente en la extrema izquierda.
De estos dos grupos los radicales parecen ser según Giddens el que lleva la razón, ya que el nivel de comercio mundial es hoy mucho mayor de lo que ha sido jamás y abarca un espectro mucho mas amplio de bienes y servicios.
Ambos grupos consideran el fenómeno casi exclusivamente en términos económicos, esto es un error ya que la globalización es política tecnológica y cultural, además del aspecto puramente económico. Expone el ejemplo de Morse, telégrafo eléctrico a mediados del XIX, hasta el año 1969 no se lanzo el primer satélite comercial y hoy en día hay mas de 200 satélites.
La globalización es pues una serie compleja de procesos, y no uno solo, estos operan de manera tradictoria y antitética, el sociólogo norteamericano Daniel Bell lo describe muy bien cuando dice que la nación se hace no solo demasiado pequeña para solucionar los grades problemas sino también demasiado grande para arreglar los pequeños.
Además Giddens afirma que la nación, el trabajo, la tradición, la familia, la naturaleza han cambiado en su interior, pero en su exterior se mantienen intactas, son lo que llama instituciones concha.
Además aparece un fenómeno social nuevo, las llamadas sociedades cosmopolitas, que emergen de forma casual, por una mezcla de influencias.
RIESGO
La aceptación del riesgo lleva consigo condiciones de excitación, aventura, y en una aceptación positiva es la fuente de energía que crea riqueza en una economía moderna, el riesgo es la dinámica movilizadota de una sociedad volcada en el cambio que quiere determinar su propio futuro en lugar de dejarlo a la religión la tradición o los caprichos de la naturaleza. El capitalismo moderno se planta en el futuro al calcular el beneficio y la pérdida y por tanto el riesgo como un proceso continuo. Esto no pudo hacerse hasta la invención de la contabilidad con el libro de doble entrada. Muchos riesgos como la salud los queremos reducir lo mas posible, por ello, desde sus orígenes la idea de riesgo va acompañada del surgimiento del seguro, diseñado para proteger contra peligros que antes eran considerados disposiciones de los dioses; enfermedades, incapacidades y la mala suerte. Al igual que la idea de riesgo las formas modernas de seguro empezaron con el tráfico marítimo. Aquellos que ofrecen seguros están simplemente redistribuyendo riesgos, el dueño traspasa el riesgo al asegurador a cambio de un pago. El intercambio y transferencia de riesgos no es un rasgo accidental en una economía capitalista, este es impensable e inviable sin ellos. En el periodo actual este concepto asume una nueva y peculiar importancia. Se suponía que el riesgo era una forma de regular el futuro, de normalizarlo y traerlo bajo nuestro dominio. Las cosas no han resultado así. Nuestros mismos intentos por controlar el futuro tienden a volver hacia nosotros, forzándonos a buscar formas diferentes de ligarlo a la incertidumbre.
En estas circunstancias hay un nuevo ambiente moral en la política, marcado por un tira y afloja entre las acusaciones de alarmismo, y de encubrimiento por otro. Como bien dice Guiddens el alarmismo puede ser paradójicamente necesario para reducir los riesgos que afrontamos, pero si tiene éxito parece solo eso, simple alarmismo.
Unos tiempos como los nuestros engendraran inevitablemente movimientos religiosos renovadores y diversas filosofías, New Age, que se oponen a la actitud científica.
Mas medios públicos para abordar la ciencia y la tecnología no acabarían con el dilema entre alarmismo y encubrimiento, pero nos permitirían reducir algunos de sus efectos mas perniciosos.
Finalmente, no puede ni considerarse la posibilidad de tomar una actitud meramente negativa hacia el riesgo: este tiene que ser siempre dominado, pero la adopción activa de riesgo es elemento esencial de una economía dinámica y de una sociedad innovadora. Vivir en una era global significa manejar una variedad de nuevas situaciones de esta índole. Puede que muchas veces tengamos que ser mas audaces que cautelosos en apoyar la innovación científica u otras formas de cambio. Después de todo, una raíz de la palabra riesgo en el original portugués significa atreverse.
TRADICION
Algunas tradiciones, por supuesto, como las asociadas a las grandes religiones, han durado cientos de años. Cualquier continuidad que haya en tales doctrinas, sin embargo, coexiste con muchos cambios, incluso revolucionarios, en su interpretación y puesta en práctica. Normalmente las tradiciones tienen guardianes, sacerdotes y sabios. Guardián no es igual a experto. Toman su posición y poder del hecho de que solo ellos son capaces de interpretar la verdad del ritual de la tradición. La tradición es quizá el concepto mas importante del conservadurismo, ya que los conservadores creen que contiene sabiduría acumulada. Las maneras tradicionales de hacer las cosas tendían a subsistir o a restablecerse en muchos ámbitos de la vida, incluida la vida diaria. Uno podría incluso decir que había una suerte de simbiosis entre modernidad y tradición.
Un mundo donde la modernización no se restringe a un área geográfica, sino que se manifiesta mundialmente, tiene una serie de consecuencias para la tradición. Tradición y ciencia se entremezclan a veces de formas extrañas e interesantes.
La tradición que se vacía de contenido y se comercializa se convierte en folclorismo-las barajitas que se venden en los aeropuertos-.
Tal y como se canaliza por la industria, el folclorismo es tradición presentada como espectáculo. Para Guiddens es absolutamente razonable reconocer que las tradiciones son necesarias en una sociedad. No debemos aceptar la idea ilustrada de que el mundo debería librarse de todas las tradiciones. Estas son necesarias, y perduraran siempre, porque dan continuidad y forma a la vida. Una sociedad que vive al otro lado de la naturaleza y la tradición, como hacen casi todos los países occidentales ahora, exige tomas decisiones, tanto en la vida cotidiana como en el resto de esferas.
FAMILIA
De todos los cambios que ocurren en el mundo, ninguno supera en importancia a los que tienen lugar en nuestra vida privada. Las transformaciones que afectan a la esfera personal y emocional van mucho mas allá de las fronteras de cualquier país.
Solo una minoría de gente vive ahora en lo que podríamos llamar la familia estándar, ambos padres juntos con sus hijos matrimoniales, la madre ama de casa a tiempo completo y el padre ganando el pan. El matrimonio y la familia se han convertido en lo que Guiddens denomino en el capitulo I como instituciones concha, se llaman igual, pero han cambiado en sus características básicas. Hoy la pareja casada o no esta en el núcleo de la familia. El matrimonio nunca antes se había basado en la intimidad-comunicación emocional- por supuesto esto era importante para un buen matrimonio, pero no su fundamento, para la pareja si lo es. La comunicaron es, en primer lugar, la forma de establecer el vinculo, y también el motivo principal de su continuación.
Para analizarlas Guiddens utiliza la idea de la relación pura, una relación basada en la comunicación emocional, en la que las recompensas derivadas de la misma son la base primordial para que la misma continúe. Estoy hablando de una idea abstracta que nos ayude a entender los cambios que se están produciendo en el mundo. Cada una de las tres áreas mencionadas tiende a aproximarse a este modelo. La comunicación emocional o intimidad se convierte en la clave de lo que todas ellas significan. Mostrarse es la condición básica de la intimidad. La relación pura es implícitamente democrática. Si uno observa como ve un terapeuta una buena relación, en cualquiera de las áreas mencionadas, es impresionante el paralelismo directo que hay con la democracia pública.
La relación pura se basa en la comunicación, de manera que entender el punto de vista de la otra persona es esencial. Hablar es la base para que la relación funcione, tiene que haber confianza mutua. Cuando se aplican estos principios emergen lo que Guiddens llama una democracia de las emociones en la vida diaria. Lo que describe como una incipiente democracia de las emociones esta en primera línea del conflicto entre cosmopolitismo y fundamentalismo.
La igualdad sexual no es solo un principio nuclear de la democracia. Es también relevante para la felicidad y la realizaron personal. Muchos de los cambios que esta experimentando la familia son problemáticos y difíciles. Poca gente quiere regresar a los papeles tradicionales del macho y de la
hembra o a la desigualdad sancionada legalmente.
DEMOCRACIA
La democracia tiene muchas interpretaciones diferentes, por ello, la democracia es un sistema que implica competencia efectiva entre partidos políticos que buscan puestos de poder. En las ultimas décadas, sin embargo, muchas cosas han cambiado, y de manera extraordinaria.
También implica con frecuencia una reforma constitucional y buscar una mayor transparencia en los asuntos políticos. La gente se involucra mas que antes en grupos y asociaciones. La democratización de la democracia depende también del fomento de una cultura cívica sólida. No debemos pensar que solo hay dos sectores en la sociedad-el estado y el mercado, o lo publico y lo privado-. En medio esta la esfera de la sociedad civil, que incluye a la familia y otras instituciones no económicas. La sociedad civil es el terreno en el que han de desarrollarse las actitudes democráticas, incluida la tolerancia. Se ha comparado, atinadamente, una democracia que funciona bien con un taburete de tres patas, el gobierno, la economía y la sociedad civil han de estar equilibrados. Si una domina sobre otras las consecuencias son nefastas.
No podemos dejar a los medios de comunicación fuera de esta ecuación, particularmente la televisión. La televisión y los otros medios tienden a destruir el propio espacio de dialogo que abren, a través de una trivializacion y personalización de las cuestiones políticas. Las naciones y estados-nación siguen siendo poderosos, pero se están abriendo grandes déficit democráticos entre ellas y las fuerzas globales que afectan a las vidas de sus ciudadanos. Para promover la democracia por encima del nivel de estado-nación Guiddens se centra en las organizaciones transnacionales tanto como en las internacionales. Naciones unidas es una asociación de estados-nación, compromete escasamente la soberanía nacional, y su carta constitucional establece que no debe hacerlo.
La existencia de la UE introduce un principio fundamental de la democracia, vista contra el telón de fondo del orden global. La democracia parece florecer solo en tierra particularmente fértil, que ha sido cultivada a largo plazo. Según la tesis de Guiddens la expansión de la democracia esta ligada a los cambios estructurales de la sociedad mundial. Pero por la promoción de la democracia, a todos los niveles, merece la pena luchar. Puede conseguirse. Nuestro mundo desbocado no necesita menos autoridad, sino mas, y esto solo pueden preveerlo las instituciones democráticas.


GOBIERNO DE UNIDAD POPULAR




Salvador Allende, que asume el 3 de noviembre, intenta construir una nueva sociedad basada en el socialismo a través de la democracia, una experiencia única a nivel mundial. Entre sus primeras medidas continua el proceso de reforma agraria y se inicia un proceso de estatización de empresas consideradas clave para la economía nacional. A partir de ciertos resquicios legales, basados en un decreto ley de 1932, si una empresa detenía su producción podía ser intervenida por el Estado, por lo que el gobierno de la UP incita a que los trabajadores detengan sus actividades y así, estatizar las empresas.
Estas medidas fueron rechazadas por los partidos de centro y de derecha y por la Cámara de Diputados como veremos más adelante, lo que no sucedió con el proyecto clave del Gobierno y que fue apoyado por todos los sectores políticos del país: la
nacionalización del cobre. El 15 de julio de 1971, fue aprobado este proyecto de manera unánime por ambas cámaras. El Estado, a través de Codelco Chile, se haría propietario de todas las empresas extractoras de cobre que recibirían indemnizaciones, restándoles las "utilidades excesivas" que habían tenido los últimos años producto de los bajos o nulos impuestos que pagaban. Así, Anaconda y Kennecott, unas de las principales empresas mineras, no recibieron indemnizaciones por las minas de Chuquicamata y El Teniente, respectivamente, lo que da inicio a un boicot al gobierno de Allende liderado por Henry Kissinger, negándole préstamos internacionales. Por otra parte, el aumento drástico de los sueldos de los trabajadores y la congelación de los precios funciona y se llega a un crecimiento del 8% en el PNB




con baja inflación. En este ambiente, la Unidad Popular llega a su máximo esplendor, con un 49,73% de las preferencias en las elecciones municipales de ese año y con uno de sus referentes, Pablo Neruda, recibiendo el Premio Nobel de Literatura.
Sin embargo, a partir del segundo año, las reformas de Allende comienzan a verse truncadas por la violencia que comienza a surgir. Las tomas de terrenos aprovechando los resquicios de la reforma agraria terminan con algunos agricultores muertos tratando de defender sus terrenos, la sociedad se polariza, los enfrentamientos entre partidarios y opositores a Allende se hacen más frecuentes y nacen los
cacerolazos. En este clima, la visita de Fidel Castro incita a los miembros de la Izquierda a iniciar una revolución popular basada en la lucha de clases, algo opuesto a lo que proponía Allende. A nivel económico, la magia del primer año comienza a derrumbarse y aparecen los primeros síntomas del desabastecimiento y la hiperinflación.



Manifestación en apoyo a la candidatura de Salvador Allende.

El asesinato de Edmundo Pérez Zujovic, acusado por la izquierda de la muerte de 10 personas en la Masacre de Puerto Montt, es la gota que rebalsa el vaso para la Democracia Cristiana, que decide asociarse al Partido Nacional para oponerse al gobierno allendista. Una acusación constitucional logra derribar al ministro del Interior, José Tohá; sin embargo, Allende provoca a la oposición al colocarlo como ministro de Defensa. El 19 de febrero de 1972, la oposición logra aprobar en el Congreso Pleno una reforma constitucional que buscaba regularizar los planes estatizadores de la UP, iniciativa de los senadores Juan Hamilton y Renán Fuentealba. El 21 de febrero, Allende anuncia que formularía observaciones, a través de vetos supresivos o sustitutivos, que finalmente hizo llegar por oficio el 6 de abril.
En los partidos de gobierno, aumenta el deseo de radicalizar las reformas, principalmente por el líder del Partido Socialista,
Carlos Altamirano, y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria intensifica sus ataques, los que son respondidos por el movimiento de ultraderecha Patria y Libertad.
En el ámbito económico, el país entra en recesión y el crecimiento cae. El PNB cae en un 25% y la deuda externa se eleva a los 253 millones de
dólares. El desabastecimiento permite la configuración del mercado negro y el gobierno debe instalar las Juntas de Abastecimiento y Precios(JAP) para administrar el suministro de bienes a la población. Los medios de comunicación se vuelcan en enfrentamientos verbales según su tendencia política y las peleas entre momios y upelientos se intensifican. Según archivos desclasificados posteriormente por el gobierno de Estados Unidos, la CIA habría entregado apoyo, mediante la contratación de publicidad, a diarios opositores, como El Mercurio y a los promotores de un paro de camiones durante el mes de octubre de 1972, el que acaba con el ingreso de militares a los principales ministerios del país, formándose un "gabinete cívico-militar", donde el general Carlos Prats, comandante en jefe del ejército, asume como ministro del Interior.
En
1973, las elecciones parlamentarias de ese año dan un 43,85% a la UP y un 54,78% a la Confederación de la Democracia (CODE). Allende no logra la mayoría para lograr sus reformas ni el CODE logra los dos tercios del Congreso para poder destituir al Presidente. Aunque Allende trata de lograr un entendimiento con Patricio Aylwin, presidente de la Democracia Cristiana, el Partido Socialista se vuelve completamente intransigente y los acuerdos no progresan. La violencia aumenta, especialmente entre los estudiantes debido al proyecto de la Escuela Nacional Unificada. La FEUC demuestra su repudio y la Federación de Estudiantes Secundarios (FESES) se divide. El proyecto es detenido gracias a la intervención del Cardenal Raúl Silva Henríquez, que se erige como mediador en la crisis.
Los opositores a Allende comienzan a ver a las Fuerzas Armadas como la única salvación para la crisis que vive el país. Sin embargo, las ideas de René Schneider ("mientras se viva en régimen legal las Fuerzas Armadas no son una alternativa de poder") y la del general Carlos Prats ("mientras subsista el Estado de Derecho la fuerza pública debe respetar la Constitución") estaban en contra de un pronunciamiento militar lo que detenía en gran parte que las tropas se levantaran. Aunque el Partido Comunista insiste en mantener la paz y evitar una guerra civil, Altamirano afirma que "el golpe no se combate con diálogos, se aplasta con la fuerza del pueblo". Mientras las observaciones de Allende a la reforma Hamilton-Fuenzalida son rechazadas en parte por las cámaras, sin votar si insistían o no en el texto antes aprobado, generándose una controversia entre el Presidente y el Congreso, en cuanto a la tramitación del proyecto de reforma. Allende planteó la cuestión al Tribunal Constitucional, que finalmente se declaró incompetente, acogiendo la excepción formulada por la Cámara de Diputados y el Senado. Ante esta situación, y vencido el plazo para recurrir a un plebiscito que zanjara la cuestión, Allende dicta un decreto promulgatorio de la reforma, conteniendo sólo aquellos puntos no vetados. Dicho decreto no es cursado por la Contraloría General de la República y la oposición considera este hecho como absolutamente ilegítimo.
El 27 de junio, Carlos Prats es insultado en la vía pública y, temeroso de un ataque como el de Schneider, dispara al agresor que resulta ser una mujer inocente. Prats es insultado por la gente y presenta su renuncia, la que es rechazada por Allende. El día 29, Prats debería controlar uno de los momentos más tensos, cuando el coronel Roberto Souper levanta al Regimiento Blindado Nº2 y se dirige al Palacio de La Moneda. Prats, dirigiendo a las guarniciones de Santiago, logra detener este intento de golpe conocido como Tanquetazo, mientras los instigadores se refugian y piden asilo en la embajada del Ecuador, dejando un saldo de 20 muertos, principalmente civiles.
El 22 de agosto la Cámara de Diputados aprueba el Acuerdo sobre el grave quebrantamiento del orden institucional y legal de la República, en que acusaban al Gobierno de haber incurrido en diversas violaciones tales como aplicar medidas de control económico y político para luego instaurar un sistema totalitario, violar garantías constitucionales, dirigir una campaña de difamación contra la Corte Suprema, violar la libertad de expresión, reprimir con violencia a los opositores e intentar infiltrar políticamente a las Fuerzas Armadas.
Allende reconoce que su gobierno está en crisis y decide convocar a un plebiscito para evitar un golpe de estado. Sin embargo, las facciones más radicales del gobierno de la UP repudian la decisión de Allende. El MIR deja de llamarlo "compañero" y lo llama "señor"; ya sólo cuenta con el apoyo del MAPU, el Partido Radical y el Partido Comunista, que comparten la "vía pacífica". Ante esta situación, Allende habría convocado a su ministro de Defensa, Orlando Letelier, para que convenza al Partido Socialista, lo que finalmente habría logrado, la noche del 10 de septiembre de 1973.

REVOLUCION SANDINISTA






A mediados de la década de 1970, destacados miembros del mundo empresarial y de la Iglesia católica comenzaron a compartir el descontento ya manifestado por otros grupos sociales ante el régimen de Anastasio Somoza Debayle. La mayor parte de la oposición política se unió en un solo frente encabezado por Pedro Joaquín Chamorro, asesinado en Managua en enero de 1978, probablemente por encargo del propio Somoza. Este acontecimiento provocó desórdenes y manifestaciones contra el gobierno durante semanas, además de una huelga nacional e intentos aislados de levantamientos armados. A pesar de que Somoza mantenía el control, su régimen se tambaleaba y la oposición internacional aumentaba progresivamente. En el mes de agosto, un grupo de comandos sandinistas asaltó el Palacio Nacional de Managua y tomó como rehenes a varios miembros del Congreso nicaragüense. Los sandinistas negociaron la liberación de varios prisioneros del FSLN y solicitaron un rescate, la publicación de su llamada a la rebelión y un salvoconducto para que los integrantes del comando abandonaran el país.
El éxito de la incursión sandinista alentó a las fuerzas contrarias a Somoza y estallaron levantamientos en todo el país. Las fuerzas somocistas aplastaron estas rebeliones con gran brutalidad, bombardeando incluso objetivos civiles. Estas operaciones fueron la causa de que cientos de nicaragüenses se unieran al FSLN y de que aumentara la presión internacional para encontrar una solución negociada al conflicto. Al tiempo que Estados Unidos impuso ciertas sanciones económicas a Somoza, Costa Rica, Venezuela y Panamá brindaron su apoyo a los sandinistas.
La lucha se reanudó en mayo de 1979: los sandinistas anunciaron una ofensiva final e hicieron una llamada a la rebelión nacional. En esta ocasión, la Guardia Nacional no consiguió controlar la situación y los rebeldes se apoderaron de numerosas zonas del país. Se produjeron batallas en las principales ciudades, como León, Masaya y Managua, donde los aviones de la Guardia Nacional bombardearon los barrios en los que la población apoyaba a los sandinistas. La Organización de Estados Americanos (OEA) convocó una reunión de emergencia para pedir a Somoza que abandonara el poder y rechazó el ofrecimiento de Estados Unidos de enviar fuerzas de paz a Nicaragua. Cuando la capital del país, Managua, se encontraba rodeada por las tropas revolucionarias, Somoza abandonó el país y la Guardia Nacional, tan poderosa en otros tiempos, quedó desarticulada. El 19 de julio, los sandinistas entraron en Managua y se hicieron con el control en Nicaragua.

EL GOBIERNO REVOLUCIONARIO
La dirección del nuevo gobierno sandinista estuvo en manos de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional compuesta por cinco miembros y elegida por el FSLN. Su presidente (coordinador) fue el comandante sandinista Daniel Ortega Saavedra, e incluía además a otros dos sandinistas (el escritor Sergio Ramírez y Moisés Hassan) y a dos miembros independientes: el empresario Alfonso Robelo Callejas y Violeta Barrios de Chamorro, viuda de Pedro Joaquín Chamorro. Se constituyó un gobierno integrado en su mayoría por políticos independientes. No obstante, no tardó en ponerse de manifiesto que el poder real no se hallaba en manos del gobierno oficial, sino de los nueve comandantes sandinistas que integraban el Directorio Nacional del FSLN. Robelo y Violeta Chamorro abandonaron la Junta al cabo de un año. El Consejo de Estado se reorganizó de manera que los sandinistas constituyeran mayoría. Las elecciones fueron aplazadas, se impusieron restricciones a los medios de comunicación y aumentó la tensión en las relaciones con la Iglesia católica. Robelo y Chamorro fueron sustituidos por dos políticos independientes que contaban con escaso poder dentro de la junta; empeoraron asimismo las relaciones del gobierno con los partidos de la oposición y los empresarios del sector privado.
El gobierno sandinista que se hizo con el poder en 1979 heredó un país con numerosos problemas. La guerra con Somoza había provocado 50.000 víctimas; cientos de miles de ciudadanos habían perdido sus hogares o se habían refugiado en los países vecinos, y muchas zonas de la nación se hallaban en ruinas. Los daños provocados por la guerra habían destrozado la economía, a lo que había que añadir la gran deuda exterior de 1.600 millones de dólares; numerosos profesionales liberales y empresarios habían abandonado el país, en donde escaseaban los alimentos y el combustible, las condiciones sanitarias eran ínfimas y existía un elevado índice de pobreza y analfabetismo.
La autodenominada Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional puso en marcha la recuperación económica, creó una nueva estructura política y mejoró la situación social, especialmente la de los grupos más necesitados. Las autoridades confiscaron inmediatamente todos los bienes de Somoza y sus seguidores, incluidas las empresas y tierras. No obstante, se comprometieron a respetar la propiedad privada, los derechos humanos y a seguir una política de no alineación, independiente de la influencia tanto de Estados Unidos como de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). En sus primeros momentos, el gobierno recibió gran cantidad de ayuda internacional de muchos países, incluido Estados Unidos.
El gobierno desempeñó un importante papel en la dirección de la economía bajo el régimen sandinista. Intentó crear un tipo de sistema que compaginara la iniciativa privada con las empresas públicas propias de una economía socialista. La mayor parte de las tierras y los negocios permanecieron en manos del sector privado, excepto los que pertenecían a la familia Somoza. Sin embargo, las medidas adoptadas por los sandinistas imponían restricciones sobre la utilización de los bienes, lo que provocó la oposición de muchos empresarios. El gobierno se hizo con el control de los bancos y del comercio exterior.
Los sandinistas iniciaron una reforma agraria global para redistribuir entre los pequeños granjeros y trabajadores del campo algunas grandes fincas y las tierras arrebatadas a los partidarios de Somoza. Este programa también incluía la creación de granjas estatales y cooperativas.
La mejora del sistema educativo y sanitario fue una de las prioridades del gobierno a principios de la década de 1980, especialmente en las zonas rurales y pobres que habían carecido de servicios mínimos durante el régimen de Somoza. Se lanzó una campaña de alfabetización nacional en 1980 y el analfabetismo se redujo desde el 50% —uno de los más altos índices de esta región— hasta aproximadamente el 13%, un logro que obtuvo el reconocimiento internacional. Se incrementó el presupuesto de educación y aumentó espectacularmente el número de escuelas, profesores y estudiantes. La asistencia sanitaria pública se extendió a todo el país; se levantaron hospitales y clínicas, y las campañas de vacunación contaban con la colaboración de brigadas de voluntarios. La tasa de mortalidad infantil y de enfermedades disminuyó significativamente.
La Revolución convirtió a Nicaragua en un foco de atención internacional implicado en las tensiones entre los países comunistas y no comunistas propias de la Guerra fría. Cuba envió a Nicaragua maestros y asistentes sanitarios, pero también asesores militares. La URSS también envió ayuda, al igual que muchos países de Europa Occidental y de la Europa del Este. La mayoría de los estados latinoamericanos apoyaron la lucha contra la familia Somoza, pero las relaciones comenzaron a enfriarse cuando el gobierno adoptó una política más izquierdista y la violencia revolucionaria se extendió a otros lugares de Centroamérica. La acusación de que los sandinistas apoyaban a la guerrilla que combatía en El Salvador provocó un gran escándalo a finales de 1980.
Después de la Revolución, el gobierno estadounidense presidido por el demócrata Jimmy Carter envió ayuda a Nicaragua y realizó un esfuerzo por colaborar con el nuevo régimen, a pesar de la oposición del Congreso. Sin embargo, algunos funcionarios estadounidenses encontraron cada vez más preocupantes los vínculos del FSLN con Cuba y la URSS, así como la ideología marxista-leninista de muchos líderes sandinistas. La política de ayuda de Estados Unidos concluyó, sin embargo, debido al agravamiento del conflicto de El Salvador, protagonizado por la guerrilla y el gobierno (respaldado este último por las autoridades estadounidenses), y a la elección del republicano Ronald Reagan, anticomunista acérrimo, como presidente de Estados Unidos en 1980. A partir del momento en el que Reagan tomó posesión de su cargo en 1981, el objetivo de su gobierno fue aislar a Nicaragua y apoyar a los rebeldes (contra) que intentaban derrocar a las autoridades sandinistas.
LA CONTRARREVOLUCIÓN
Desde que los sandinistas tomaron el poder, tuvieron que hacer frente a una oposición armada. En un principio se trataba únicamente de pequeños grupos de antiguos miembros de la Guardia Nacional, instalados en su mayoría en Honduras. A finales de 1981, estas fuerzas recibieron formación militar a cargo de oficiales argentinos y cierto apoyo encubierto de Estados Unidos. Cuando aumentó la oposición a la política del FSLN, se unieron otras formaciones al movimiento armado rebelde. Entre ellos, se incluían líderes empresariales descontentos, hacendados conservadores (sobre todo, del norte del país) e incluso sandinistas desengañados. A este heterogéneo grupo se le denominó "contra" (contrarrevolucionarios).
A partir de 1981, el gobierno de Reagan incrementó progresivamente su apoyo a la contra. Se enviaron más de 300 millones de dólares en ayuda y equipamiento, y los contrarrevolucionarios recibieron formación militar desde 1982 hasta 1990. Estados Unidos también impuso un embargo comercial sobre Nicaragua y bloqueó los préstamos de muchas instituciones financieras internacionales.
Estas medidas debilitaron la frágil economía nicaragüense, a la vez que los ataques de la contra ocasionaban pérdidas en la agricultura, el comercio y dañaban la infraestructura del país. Cuando el conflicto entre el gobierno y la contra se agravó y los enfrentamientos se generalizaron en todo el territorio, decenas de miles de nicaragüenses se exiliaron y muchos más fueron obligados a abandonar sus hogares y trasladarse a otras zonas del país a causa de la violencia.
Los sandinistas respondieron a las amenazas de la contra organizando un ejército; recibían armas de la URSS y Cuba y, en 1983, instituyeron el servicio militar obligatorio. A mediados de la década de 1980, el gobierno sandinista comenzó a desviar fondos destinados a programas sociales y económicos al presupuesto de defensa. Bajo el estado de excepción, se suspendieron algunas libertades civiles y en ocasiones se encarceló a los opositores políticos y se restringió la libertad de prensa.
El apoyo de Reagan a la contra provocó una gran disputa política en Estados Unidos, que culminó con el escándalo conocido como Irangate, un escándalo que tuvo lugar en 1985 y 1986 en el que varios altos cargos del gobierno de Reagan se vieron implicados en una venta ilegal de armas.
A pesar del conflicto, se celebraron elecciones en Nicaragua en noviembre de 1984. Gran parte de la oposición boicoteó los comicios alegando que los sandinistas habían manipulado el proceso. Éstos obtuvieron una aplastante victoria en la votación para la presidencia y los representantes del Congreso. Daniel Ortega fue elegido presidente con el 67% de los votos, y el FSLN obtuvo la mayoría de los escaños en la Asamblea Nacional. Para muchas naciones, estas elecciones otorgaron legitimidad al régimen sandinista, opinión no compartida por el gobierno de Reagan. En 1987 había más de 10.000 contras armados luchando contra el gobierno de Nicaragua.
A pesar de su preocupación por la política sandinista, la mayoría de los países latinoamericanos se oponían a los intentos de Estados Unidos por derrocar al gobierno de Nicaragua. En 1987, el presidente costarricense, Óscar Arias Sánchez, promovió un encuentro de presidentes centroamericanos para buscar soluciones a los conflictos de Nicaragua y El Salvador que culminó en el llamado Acuerdo de Esquipulas de agosto de ese año. El resultado de este plan de paz fueron las negociaciones celebradas entre el FSLN y la contra en 1988.
Las presiones para que se pusiera fin a la guerra eran cada vez mayores. La economía de Nicaragua estaba hundida; se calculaba que la inflación era del 2.000 al 36.000% en 1988 y el país se había convertido en la nación más pobre de Centroamérica. El coste humano de la lucha fue atroz: decenas de miles de muertos, heridos y refugiados. Los ambiciosos programas de educación y sanidad de los sandinistas no pudieron llevarse a cabo debido a que la mitad del presupuesto fue destinado a la defensa del régimen, y la producción agrícola se vio reducida por los ataques de la contra.
El panorama internacional también había cambiado. La URSS tenía que hacer frente a la agitación política y económica que recorría el país, por lo que recortó su ayuda a los sandinistas. A su vez, con el escándalo del Irangate y el ascenso en 1989 del republicano George Bush a la presidencia de Estados Unidos, este país se mostró más propenso a encontrar una solución negociada al conflicto.
Los sandinistas acordaron celebrar elecciones bajo supervisión internacional a principios de 1990 como una condición de las negociaciones de paz. Confiaban en obtener la victoria y en que Daniel Ortega fuera elegido presidente. Los catorce partidos de la oposición se unieron para formar la Unión Nacional Opositora (UNO), que apoyaba la candidatura a la presidencia de Violeta Chamorro y ofrecía una lista unificada de candidatos al Congreso. La oposición generalizada al servicio obligatorio y la esperanza de conquistar la paz llevaron a la victoria a la UNO, que obtuvo el 55% de los votos, mientras que los sandinistas obtuvieron únicamente el 41 por ciento.
Después de varias negociaciones, el FSLN aceptó su inesperada derrota. Los sandinistas se convirtieron en el principal partido de la oposición y aún controlaban gran parte de las Fuerzas Armadas. El gobierno de Chamorro trató de colaborar con los dirigentes sandinistas, pero esta actitud conciliadora provocó el descontento de los grupos más conservadores y motivó la ruptura de la coalición gubernamental. El FSLN conservó una considerable influencia política, pero su candidato, Daniel Ortega, fue nuevamente derrotado en las elecciones de 1996 (que llevaron al conservador Arnoldo Alemán a presidir la República) y apenas obtuvieron escaños en el Congreso.



EL LEGADO DE LA REVOLUCIÓN
La Revolución provocó cambios profundos y duraderos en Nicaragua. La "dinastía" somocista, que había gobernado el país como una hacienda privada durante 40 años, fue derrocada, y la poderosa Guardia Nacional desarticulada. El nivel de analfabetismo se redujo significativamente y los grupos marginados, como las mujeres, los jóvenes y la población rural participaron más activamente en la vida del país. Las regiones de la costa atlántica, pobladas por misquitos, alcanzaron un cierto grado de autogobierno, hasta el punto de que en 1989 se crearon dos regiones autónomas: Atlántico Norte y Atlántico Sur. Después de décadas de dictadura y de guerra civil, emergió un gobierno democrático que logró realizar el primer proceso pacífico de transición política de la historia de Nicaragua. Sin embargo, el intento de reestructurar la economía estableciendo un sistema mixto de empresa privada y de control estatal al estilo socialista resultó desastroso.
Nicaragua se vio transformada radicalmente por la experiencia de la Revolución, que la convirtió en una nación más libre, pero también más pobre y más dividida. Más de seis años después de que los sandinistas abandonaran el poder, la nación aún trataba de recuperarse del caos económico y de alcanzar la reconciliación nacional tras la agitación política de la década de 1980.

viernes, 18 de junio de 2010

GUERRA DE COREA 1950-1953






La península de Corea, posesión japonesa, había sido ocupada por la URSS y EE.UU. en 1945 tomando como línea de división el paralelo 38º. El estallido de la guerra fría tuvo como resultado la partición de este país en dos estados: Corea del Norte, donde en 1948 se estableció una "república popular", es decir, una dictadura comunista dirigida por Kim Il Sung; y Corea del Sur, donde ese mismo año Syngman Rhee estableció una férrea dictadura pro-norteamericana.
El triunfo de la revolución comunista en China el 1 de octubre de 1949 alteró completamente el equilibrio geoestratégico de Asia. Stalin, que venía de sufrir serios reveses en Europa (fracaso del bloqueo de Berlín o el cisma yugoslavo), no pudo resistir la tentación de recuperar terreno en Asia y dio su acuerdo a un ataque norcoreano a Corea del Sur.


Así, el 25 de junio de 1950, las tropas de Kim Il Sung atravesaron el paralelo 38º y avanzaron triunfalmente hacia el sur.

El régimen surcoreano apenas pudo mantener un pequeño territorio en torno a Pusan.
La reacción norteamericana, para la sorpresa de Stalin, fue inmediata. Washingto pidió la convocatoria del Consejo de Seguridad de la ONU y consiguió un mandato para ponerse al frente de un ejército que hiciera frente a la agresión norcoreana. La ausencia del delegado soviético, que había rechazado asistir a las reuniones del Consejo como protesta por la negativa norteamericana de aceptar a la China Popular en el él, propició esta resolución.
Las tropas multinacionales de la ONU, en la práctica el ejército norteamericano al mando del general MacArthur, recuperaron rápidamente el terreno perdido y el 19 de octubre tomaron Pyongyang, la capital de Corea del Norte.
Tres días antes, el 16 de octubre, tropas chinas con masivo apoyo militar soviético penetraron en Corea haciendo recular al ejército norteamericano. El 4 de enero de 1951, las tropas comunistas retomaron Seul.
En ese momento, MacArthur propuso el bombardeo atómico del norte de China. Tanto el presidente Truman como la mayoría del Congreso reaccionaron alarmados ante una reacción que podía llevar al enfrentamiento nuclear con la URSS. En un enfrentamiento cada vez más abierto, Truman destituyó a MacArthur entre las protestas de la derecha republicano y lo sustituyó por el general Ridgway.
La URSS por su parte manifestó su intención de no intervenir en el conflicto y su deseo de que coexistieran dos sistemas diferentes en la península. El "empate militar" llevó a la apertura de negociaciones que concluirán el julio de 1953, poco después de la muerte de Stalin, con la firma del Armisticio en Panmunjong. En él se acordó una nueva línea de demarcación que serpentea en torno al paralelo 38º.
La pervivencia del régimen comunista norcoreano ha hecho que esta "frontera de la guerra fría" haya sido la única que ha pervivido hasta el siglo XXI.

REVOLUCION POPULAR CHINA





La historia de la República Popular China puede dividirse en dos etapas claramente diferenciadas. La primera estuvo dominada por la figura de Mao Zedong, que defendió una visión revolucionaria del comunismo en la que todos los aspectos de la sociedad, la cultura, la economía y la política debían estar al servicio de la causa ideológica. Las políticas radicales de Mao llevaron a momentos de crisis en los que otros dirigentes del Partido cuestionarían su autoridad, intentando apartar a Mao de las labores de gobierno, momentos en los que Mao reaccionó lanzando intensas campañas de reafirmación ideológica. Entre esas campañas merecen especial mención el Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural, cuyos efectos sobre la sociedad china se dejarían sentir durante mucho tiempo. Tras la muerte de Mao en 1976, su sucesor Hua Guofeng acabará cediendo el poder a Deng Xiaoping, líder pragmático que pondrá fin a las políticas revolucionarias y, manteniendo el carácter centralista y autoritario del Estado, pondrá en marcha una serie de reformas que iniciarían un proceso de intenso crecimiento económico.
A finales de los años 1980, la creciente libertad de expresión hizo que empezaran a surgir voces críticas con el régimen, que culminarían en las protestas masivas de 1989. El 4 de junio de ese año, las protestas de la Plaza de Tian'anmen en Pekín fueron sofocadas mediante la intervención del Ejército. Los incidentes de 1989, en los que perdieron la vida cientos de personas, provocaron a un cambio en la cúpula de poder de la República Popular. Deng Xiaoping apartó a los dirigentes reformistas como el secretario general del Partido Zhao Ziyang y favoreció al primer ministro Li Peng y, muy en especial, al entonces alcalde de Shanghái Jiang Zemin, que se convertiría en su sucesor. Tras dos años de incertidumbre y de aislamiento internacional, Deng Xiaoping tomó una de las decisiones más importantes en la historia reciente de China al intensificar el proceso de reformas económicas. Así, el Estado dominado por el Partido Comunista pasó durante los años 1990 a adoptar políticas económicas capitalistas combinadas con un fuerte autoritarismo político. Este modelo de desarrollo sería continuado por Jiang Zemin y por el sucesor de éste y actual presidente de la República Popular China Hu Jintao.
El
1 de octubre de 1949, en las postrimerías de la Guerra Civil China, cuando los nacionalistas del Kuomintang ya sólo controlaban algunas ciudades en el sur, el líder del Partido Comunista de China Mao Tse Tung proclama la República Popular China desde la puerta de Tian'anmen de la Ciudad Prohibida de Pekín. En diciembre de ese año, el líder nacionalista Chiang Kai-shek abandonó Chengdu, la última ciudad del continente en poder de los nacionalistas, que se refugiarían en la isla de Taiwán.
La llegada al poder de los comunistas puso fin a décadas de guerras y conflictos. El nuevo Gobierno de la República Popular hubo de asumir una costosa y difícil tarea de reconstrucción nacional.
La estructura del nuevo Estado había sido decidida durante la Conferencia Consultiva Política Popular convocada por Mao el
12 de septiembre de aquel año. Además de la ley orgánica que establecía los poderes del Estado, durante la conferencia se redactó un Programa Común, que enumeraba una serie de objetivos inmediatos, y se decidió la adopción de la nueva bandera del país, roja con una gran estrella amarilla en representación del Partido Comunista, en torno a la cual se sitúan otras cuatro estrellas más pequeñas, que simbolizan la unión de las cuatro clases sociales: los campesinos, los trabajadores, la pequeña burguesía y la gran burguesía urbana.
El nuevo Estado quedaba bajo el control total del Partido Comunista a través de sus organizaciones regionales, coordinadas por un
Comité Central que en aquel momento contaba con 44 miembros. De éstos, catorce miembros formaban el Buró Político, encabezado por los cinco miembros del Comité Permanente, en quienes recaía la máxima responsabilidad de poder. Los cinco miembros iniciales del Comité Permanente, los auténticos hombres fuertes del nuevo régimen, fueron Mao Zedong, Liu Shaoqi, Zhou Enlai, Zhu De yChen Yun.
La estabilidad del nuevo régimen se basaba en su potencia militar. Las fuerzas armadas del nuevo Estado, el
Ejército Popular de Liberación, garantizaban la supremacía del Partido. El territorio chino quedó dividido en seis regiones militares desde las que algunos de los dirigentes más influyentes del Partido, como Gao Gang o Peng Dehuai, controlaban la política regional.
Una de las principales prioridades del nuevo Gobierno sería la reconstrucción económica. Para ello, China buscó la colaboración de la
Unión Soviética, el único aliado poderoso con el que podía contar. Mao Zedong visitó Moscú en diciembre de 1949, donde se entrevistó con el líder soviético Stalin. La Unión Soviética ofreció a China diversos programas de cooperación económica y tecnológica, así como préstamos, para afrontar la industrialización del país.
Una de las principales políticas acometidas desde un principio fue la reforma agraria, que supuso la redistribución de tierras confiscadas a los mayores terratenientes. También se acometieron reformas sociales, como la nueva ley del matrimonio, que daba mayores derechos a las mujeres. Asimismo, se llevaron a cabo planes de erradicación de la
prostitución y de la adicción al opio.

GUERRA DE VIETNAM


Conflicto en la península de Indochina que tuvo lugar entre mediados de los cincuenta y mediados de los setenta y que enfrentó a los EE.UU. y el gobierno de Vietnam del Sur por un lado, contra Vietnam del Norte y las guerrillas comunistas que actuaban en Vietnam del Sur por otro. La guerra terminó extendiéndose también a Laos y Camboya. La guerra del Vietnam fue la más larga de la historia norteamericana, supuso para este país una experiencia de fracaso y frustración, constituyendo, sin lugar a dudas, el más serio fracaso de EE.UU. en la guerra fría.
El inicio de la implicación americana se remonta a inicios de los cincuenta cuando apoyaron los desesperados intentos de Francia por mantener su presencia colonial en Indochina frente a las fuerzas comunistas del Vietminh. La derrota francesa y los Acuerdos de Ginebra de 1954, que consagraron la partición de Vietnam en dos, llevaron a que Washington volcara su apoyo en el régimen anticomunista de Vgo Dinh Diem en Vietnam del Sur que hacía frente al Vietnam del Norte comunista, apoyado por la URSS.
La corrupción de Diem hizo a su régimen crecientemente impopular y finalmente fue derrocado y asesinado por sus propios militares en 1963. Mientras tanto se había creado en Vietnam del Sur el Frente Nacional de Liberación (FNL) donde se aglutinaba toda la oposición incluyendo los comunistas.
En 1964, la situación parecía desesperada para Vietnam del Sur. EE.UU., alegando como justificación el incidente de Tonkín contra su destructor Maddox el 2 de agosto de 1964, inició una intervención abierta. Se pasó de 4000 soldados norteamericanos en 1962 a casi 500.000 en 1967. Los bombardeos masivos, el uso de agentes químicos, la crueldad de la primera guerra retrasmitida por los medios de comunicación hicieron enormemente impopular la política de EE.UU. en el Tercer Mundo, el bloque comunista y en partes significativas de la opinión pública occidental. Dentro del propio país, la oposición a la guerra se extendió entre la juventud ligándose a movimientos contra el sistema, como el movimiento "hippie".
Tras la ofensiva vietnamita del Têt en 1968, el presidente Johnson decidió el progresivo desvinculamiento del conflicto y la búsqueda de una solución negociada. Tras una compleja fase de negociaciones y enfrentamientos militares, se firmó en París en enero de 1973 un acuerdo de paz. En agosto de 1973, el Congreso norteamericano prohibió cualquier reanudación de la intervención norteamericana. La retirada de las tropas estadounidenses hizo que el régimen de Vietnam del Sur se derrumbara inmediatamente. La ofensiva final comunista tuvo lugar en la primavera de 1975. El 17 de abril, Phnom Penh cayó en manos de los Khmers Rojos y el 30 los comunistas tomaron Saigón. La guerra había terminado.
La derrota supuso un verdadero trauma para EE.UU. 58.000 muertos, 300.000 heridos, centenares de miles de soldados con una amplia adicción a las drogas y con serios problemas de adaptación a la vida civil, el orgullo de potencia herido... Lo que se vino a denominar el "síndrome de Vietnam" supuso en el corto plazo una gran renuencia a la intervención militar exterior por parte de la potencia norteamericana.

REVOLUCION CUBANA

Proceso revolucionario que a partir de 1959 convirtió a Cuba en un país socialista liderado por Fidel Castro, si bien, por extensión, también se considera como tal al conjunto de radicales transformaciones que el gobierno de aquél provocó desde entonces en la isla.

EL TRIUNFO DE LA REVOLUCIÓN CONTRA BATISTA
El golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, que derribó a Carlos Prío Socarrás (1948-1952) e impuso la dictadura de Fulgencio Batista, fue el germen sobre el que habría de tener lugar la Revolución Cubana. A partir de estos acontecimientos, el descontento del pueblo cubano fue en aumento y no concluyó hasta el triunfo definitivo de los revolucionarios. El 26 de julio de 1953, con el asalto al cuartel de Moncada, comenzó la insurrección contra la dictadura de Batista. El ataque, dirigido por Fidel Castro al mando de unos 200 hombres, fracasó y su jefe fue condenado a 15 años de prisión en la isla de Pinos (renombrada en 1978 como isla de la Juventud). Amnistiado en 1955, Castro se exilió en México, creó el Movimiento 26 de Julio, reorganizó a los insurgentes y entró en contacto con el revolucionario argentino Ernesto Che Guevara.
En diciembre de 1956, a bordo del yate Granma, Castro desembarcó en la playa de las Coloradas, situada en la ensenada del Turquino (en el extremo suroccidental de Cuba), y se adentró en sierra Maestra. Allí recibió el apoyo de buena parte del campesinado y comenzó una guerra contra el gobierno que duró dos años. La isla estaba, en este periodo, completamente entregada al capitalismo estadounidense, que controlaba el 90% de las minas y de las haciendas, el 40% de la industria azucarera, el 80% de los servicios públicos y el 50% de los ferrocarriles y de la industria petrolera.


A fines de 1958, la guerrilla asentada en su base principal de sierra Maestra, así como el denominado II Frente Oriental, había acabado prácticamente con la resistencia del Ejército de Batista. El 8 de enero de 1959, Castro entró en La Habana, de donde ya había huido el dictador Batista a Santo Domingo, y se designó presidente a Manuel Urrutia Lleó, aunque el poder efectivo estaba en manos del principal dirigente revolucionario, que pronto se convirtió en primer ministro. En julio de 1959, Urrutia, descontento por la negativa de Castro a celebrar elecciones, fue sustituido por Oswaldo Dorticós. El nuevo gobierno adoptó medidas radicales: Ley de Reforma Agraria, que entregaba la tierra a los campesinos, creación de un Ejército nacional y alfabetización de la población.

LA IMPLANTACIÓN DE UN ESTADO COMUNISTA
En 1961, fracasó el desembarco de bahía de Cochinos, un intento de invasión de la isla organizado por la agencia estadounidense CIA, y Cuba pasó a convertirse progresivamente en un Estado socialista cada vez más vinculado con la otra superpotencia: la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). En 1962, los soviéticos instalaron rampas de misiles en la isla, las cuales, ante el bloqueo dictado por el presidente John Fitzgerald Kennedy, fueron finalmente desmanteladas, resolviéndose de este modo la gravísima vicisitud internacional planteada entre Estados Unidos y la URSS que pasó a ser conocida como crisis de los misiles. En 1965, en sustitución del Partido Unido de la Revolución Socialista, se constituyó el Partido Comunista de Cuba, de carácter marxista-leninista, con Castro como secretario general. Como cabeza de la revolución comunista en el Tercer Mundo, Cuba intervino militarmente en diferentes conflictos: Angola, Congo, Guinea-Bissau, Somalia, Etiopía, Mozambique y Yemen del Norte.
Desde diciembre de 1991, y aun desde algunos años antes, la disolución del principal valedor y apoyo internacional del régimen cubano, la URSS, agravó los problemas socioeconómicos de la isla, lo que no impidió que la aplicación de los principios marxistas-leninistas de Castro (quien, desde 1976, no sólo encabezaba el gobierno, sino la misma jefatura del Estado), así como su decidida política exterior de signo antiimperialista (entendida ésta como un claro enfrentamiento ante las decisiones boicoteadoras estadounidenses), fuera el comportamiento habitual del gobierno de Cuba.

INDEPENDENCIA DE LA INDIA






En el Siglo XV, el territorio de la India, ubicado en Asia meridional, fue ocupado por los portugueses, y luego por holandeses, franceses e ingleses. Estos últimos, más poderosos, a partir de la represión de la rebelión de los cipayos, en 1857, (rebelión armada de los hindúes contra el poder británico) se apropiaron del gobierno de la región, utilizando sus materias primas para los procesos de fabricación de sus manufacturas, en la Revolución Industrial, que se inició en Inglaterra.
La rebelión de los cipayos fue contra la compañía Británica de las Indias Orientales, que había obtenido a partir del año 1600, por parte de Inglaterra, el monopolio del comercio en las Indias.
A partir de la derrota de los cipayos, la compañía terminó su existencia, y la India pasó a ser una colonia británica.
La India era entonces, una colonia británica, siendo designada, en 1876, la reina Victoria como su emperatriz.
A partir de la Primera Guerra Mundial, se desarrolló un proceso independentista a cargo del Partido del Congreso, cuyo líder era Mahatma Gandhi, que significa “alma grande” denominación puesta por su gente, y cuyo nombre real era Mohandas Karamchand.
Sus medios de acción descartaban la violencia y consistían en medidas de no colaboración y de abstención, a través de huelgas de hambre, protestas pacíficas, no participación en las elecciones e incumplimiento de leyes injustas. Impulsó la vuelta a la industria artesanal, usando, por ejemplo, el hilado manual en señal de boicot a las industrias británicas, a las que acusaba de la ruina económica de la India.
En 1930, Gandhi, impulsó la abstención del pago de impuestos, sobre todo el que recaía sobre la sal, realizando con sus seguidores una caminata que los llevó hasta el mar de Omán, donde fabricaron sal, evaporando el agua marina. Esto le costó la pérdida de su libertad, que recuperó en 1931, aunque la prisión por desobediencia y agitación popular, ya era una constante en su vida.
La resistencia fue en aumento, recrudeciendo luego de la Segunda Guerra Mundial, donde la India ayudó a los ingleses, con la promesa de obtener su independencia, si bien con la condición que se resolvieran las diferencias entre hindúes y musulmanes. Al dictarse la Constitución de 1935, el estado se dividió entre la Unión India y Pakistán, integrada respectivamente por hindúes y musulmanes. Esta división fue rechazada por Gandhi.
El Primer Ministro, Churchill, representante de los conservadores, se había opuesto a la independencia de la India. En 1942, encarceló a muchos líderes del Partido del Congreso, pero con el triunfo de los laboristas, la situación cambió, y en 1947, se acordó el retiro de los ingleses del territorio hindú, en una reunión celebrada entre el virrey de la India, lord Mountbatten, representando al gobierno inglés; el referente de la Liga Musulmana, Ali Jinnah y por el Partido del Congreso, Mahatma Gandhi y Jawaharlal Nehru.
El 15 de agosto de 1947, se estableció formalmente la Unión India, gobernada por Nehru, como primer ministro. En 1948, Mahatma Gandhi, murió asesinado por un fanático, Vinayak Nathura Godse. En 1949 por una nueva Constitución, la India se convirtió en una República Federal, integrante del Commonwealth.
En 1951, se lanzó el primer plan quinquenal y la reforma agraria.
Los conflictos con sus vecinos han sido frecuentes: Con China en 1959 y 1962. En 1961, la India anexó Goa y el resto de las colonias portuguesas en la India. La guerra por Cachemira, enfrentó a la India con Pakistán, entre 1947 y 1949, y en 1971, la India invadió Pakistán oriental, formándose el Estado de Bangladesh.
Bangladesh es la parte oriental de una región denominada Bengala, que en la división realizada en el territorio hindú le correspondió a Pakistán, que no reconoció los derechos de la población originaria, sometiéndolos a situaciones injustas, que originaron movimientos de liberación reprimidos cruelmente. La India contribuyó a su liberación, que se produjo el 16 de diciembre de 1971.
En 1964 murió Nehru y fue sucedido por su hija, Indira Gandhi quien gobernó desde 1966 hasta 1977, afrontando varios problemas, como la división del Partido del Congreso. En 1984, fue asesinada por miembros de la secta sij (secta religiosa surgida en el siglo XVI, contra el sistema de castas). Tuvo igual destino su hijo y sucesor, Rajiv, quien fue muerto en 1991. En 1997, el cargo de primer ministro fue ocupado por Inder Kumar Gujral.

Segunda Guerra Mundial




OFENSIVA ITALIANA EN ÁFRICA ORIENTAL

El Imperio Italiano
Los 2 millones de km cuadrados de territorios italianos en Somalia, Etiopía y Eritrea, están rodeados de países y colonias hostiles, como el Sudan-Anglo-Egipcio, Kenya la Somalia Británica, la Somalia Francesa etc. En 1939, al estallar las hostilidades en Europa, el Virrey de Etiopía Duque D'Aosta, sabe que la defensa de tan extensos territorios es prácticamente imposible con los recursos con que cuenta, apenas suficientes para combatir los focos de resistencia local en Godyam, Amhara y Shoa. Las reducidas fuerzas blindadas italianas apenas son suficientes para contener a los nativos y sabe que no podrían hacer frente a una bien organizada fuerza británica.
Declaración de guerra
Esa es la situación en África oriental, cuando Mussolini decide declarar la guerra a Gran Bretaña y Francia, dejando que el Virrey Duque D'Aosta se las arregle como pueda. De hecho, el aprovisionamiento por aire era ya insuficiente y en las condiciones de guerra se puede considerar que las rutas aéreas y marítimas serán infranqueables. El cierre del Canal de Suez hace impensable el abastecimiento por mar. Es evidente, que Mussolini pensaba que Alemania vencería a Gran Bretaña en cuestión de semanas, a lo más unos meses, y entonces la situación en África Oriental revertiría. Probablemente el Duque D'Aosta pensó de manera similar, o en su defecto simplemente no pensó, que si la invasión alemana a Gran Bretaña no ocurría, se las vería muy mal para poder defender sus posesiones. El hecho es, que los mandos militares italianos tomaron pocas medidas de contingencia, para enfrentar el seguro ataque que tarde o temprano podría venir de Somalia Británica o de Egipto, si las cosas en el Norte de África salían mal.

Imperio Italiano 1938
Los planes de iniciar una ofensiva desde el sur, para encontrar a las fuerzas de Graziani en Egipto, ni siquiera son tomados en cuenta, debido a que no hay las fuerzas suficientes para defender tan amplios frentes y menos para intentar una ofensiva de tan larga distancia. Sólo quedaba invadir Somalia Británica, aprovechando la superioridad numérica y confiar que pronto se pactara la paz en Europa.

Fuerzas británicas
Los británicos contaban apenas con unos 20 mil efectivos, distribuidos en las colonias vecinas. La RAF con unos 200 aviones obsoletos y el ejército apenas tenía un reducido número de blindados. Como era costumbre en las colonias británicas, confiaban en que en cualquier momento llegaría la Royal Navy con la ayuda que fuera necesaria. Siendo expertos en la intriga colonial, los británicos desde 1938 ya se habían infiltrado en Etiopía, donde se pusieron en contacto con la resistencia local, prometiéndoles ayuda apenas estallara la guerra. Pero por su parte, también los italianos tenían contactos con nacionalistas en Kenya que ansiaban liberarse del yugo británico.
11 de junio de 1940
El 11 de junio, los submarinos italianos sufrieron las primeras bajas, pero por accidente, debido a la fuga de cloruro de metilo de los sistemas de refrigeración que causó el encallamiento del Perla y del hundimiento del Macallé debido a la intoxicación de la tripulación. El Archimide logró entrar en el puerto con media docena de muertos a bordo.


Primer ataque inglés
Ese mismo mes de junio, un cazasubmarino inglés atacó con cargas de profundidad al Galilei, que forzado a emerger, fue capturado por la corbeta Moonstone. Los británicos capturaron la documentación de abordo que daba la posición de la flota italiana del Mar Rojo.


Ofensiva contra Somalia británica
El 3 de agosto D'Aosta ordena la ofensiva contra la Somalia Británica, o Somaliland como la llamaban los británicos y el día 5 toman Hargeisa. En la frontera con Sudan las fuerzas italianas inician las operaciones en el sector de Keren.

El final
El 01 de abril de 1941, sólo quedaban en Massana la torpedera Orsini y el MAS 213. El Orsini atacó con su artillería la costa de la colonia británica, retrasando el ataque británico, hasta agotar las municiones y luego su comandante barrenó el barco. Por su parte el MAS 213 logró el mayor éxito de la campaña al hundir al HMS Capetown. El resto de la flota italiana fue barrenada y hundida por sus tripulaciones al no estar en condiciones de escapar y menos de combatir.
Capitulación italiana
Finalmente, el 5 de Mayo de 1941 Haile Selassie entra en Addis Abebba y el Duque D'Aosta capitula el 18 de Mayo de 1941. Sin embargo, la resistencia italiana no cede hasta Enero de 1942, cuando las fuerzas italianas son cercadas en Gonder, cesando la resistencia y rindiéndose a las fuerzas británicas y etíopes.